En un mundo de caos y desafíos, vivir amando es urgente

 


La vida y la capacidad de amar están íntimamente relacionados: si no amas no vives y si no vives no amas.

La verdadera suerte no radica únicamente en estar vivo, sino en la capacidad de vivir plenamente cada momento. Vivir es mucho más que existir; es sentir, experimentar, aprender y crecer. La suerte de vivir nos brinda la oportunidad de disfrutar de las pequeñas cosas, de apreciar la belleza que nos rodea y de conectar con nuestro ser interior.

En ocasiones, he visto más vida sobre una silla de ruedas que sobre una silla de oficina.

Cada día que despertamos con vida es una nueva oportunidad para explorar el mundo, para amar, reír, llorar y aprender. La suerte de vivir nos invita a ser conscientes de nuestra existencia y a valorar cada instante como un regalo precioso.

La vida, la de verdad, nos sostiene y alienta. Por otro lado, el amor nos conecta con nuestra humanidad más profunda, nos hace sentir vivos y nos impulsa a ser mejores personas. En un mundo lleno de caos y desafíos, el amor nos brinda consuelo, alegría y sentido. Amar a alguien, tener la capacidad de sentir amor –sin tener en cuenta si se es correspondido o no- es la victoria sobre la vida. Si además eres correspondido en ese sentimiento cuentas con un plus de gran lujo que no todos tienen la fortuna de experimentar

Aprovechemos esta suerte única de vivir para crear recuerdos inolvidables, para abrazar a quienes amamos, para perseguir nuestros sueños y para ser aquello de lo que nos sintamos orgullosos/as. La vida es un regalo invaluable que debemos atesorar y disfrutar al máximo antes de que se consuma.


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