La ULL comenzará el curso en octubre con presencialidad adaptada


La Universidad de La Laguna se está preparando para afrontar la docencia del próximo curso académico en unas condiciones que distan ser las normales, dadas las exigencias de distanciamiento social para evitar rebrotes de la COVID-19, y por eso hoy 30 de junio fue aprobado por el Consejo de Gobierno del centro académico un documento para dar a conocer las directrices generales de lo que se ha denominado la presencialidad adaptada.

El propósito de este nuevo marco docente, que cuenta con el visto bueno de los órganos de representación de los trabajadores y trabajadoras y que ha sido aprobado por 28 votos a favor y seis abstenciones, es conseguir la mejor preparación del alumnado, teniendo muy en cuenta la especial situación del alumnado de nuevo ingreso, y priorizando la seguridad tanto de los estudiantes como del profesorado.

En opinión del vicerrector de Innovación Docente y Calidad, Néstor Torres, proponente de este acuerdo, la presencialidad es la baza fuerte de la Universidad de La Laguna, que considera que el contacto directo con el profesorado y los compañeros y compañeras de clase es muy relevante, pero que ha de adaptarse a las nuevas condiciones sanitarias y hacer por tanto mayor uso de las tecnologías de la información. También es importante, señaló, la autonomía de los centros para organizar su docencia atendiendo a su cuerpo de profesorado, número de estudiantes y espacios disponibles.

Se habla así de tres posibles escenarios. El primero es el de la presencialidad adaptada, es decir, presencial preferentemente, pero que se complementa con clases telemáticas y sesiones asíncronas. Un segundo escenario es el denominado de contingencia, y que vendría de la mano de una hipotética suspensión de la actividad docente por un posible rebrote de la pandemia; en este caso con la preparación de una adenda que se pueda implantar de forma inmediata. Un tercer escenario vendría de la mano de una docencia plenamente presencial, pensada para una situación de completa normalidad.

El curso comenzará en octubre con el primero de los escenarios en vigor, anunció el vicerrector. Se va a ofertar al alumnado un programa en competencias digitales y también un refuerzo a las políticas de apoyo e integración en los centros. El curso que viene se inician además dos títulos propios dirigido al profesorado más joven, al tiempo que se abrirán tres líneas de formación en competencias digitales también para los docentes.

Néstor Torres explicó que, en este primer escenario -y el que resulta a día de hoy más plausible-, se va a cumplir con el distanciamiento social, con clases en grupos reducidos y asistencia sincrónica y en línea del resto del alumnado, todo en función de la capacidad de espacio de cada centro. Habrá presencialidad física para las actividades de carácter práctico o experimental y también para aquellas otras desarrolladas en seminarios, talleres o grupos reducidos de personas.

La presencialidad en el aula vendrá determinada por el número máximo de estudiantes que pueden coincidir, conforme a los protocolos sanitarios. En el caso de que sea necesario, esa presencialidad se complementará con la participación telemática del resto del alumnado. El resto de las actividades se llevarán a cabo de forma telemática a través de los respectivos campus virtuales de cada centro. Se procurará criterios comunes para todas las asignaturas de una misma titulación, garantizando la igualdad de condiciones del estudiantado, añade el texto.

El mismo documento indica que las prácticas externas curriculares para las titulaciones de grado, de obligado cumplimiento, prevalecerán sobre las extracurriculares y, en la medida de lo posible, serán presenciales.

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