Dia de Canarias


Ayer celebrábamos el día de Canarias, ese territorio fragmentado separado por un mar que nos une como diría mi querido presi.
Pensé colocar en el encabezamiento de este texto la bandera, la tricolor, la de las siete estrellas verdes pero me parece que este apetitoso potajito de berros resulta menos provocador.
El día 30 de mayo en las 7 islas celebramos el día de nuestra autonomía.Tal vez debamos comenzar a decir que las 7 islas ya son 8 porque lo que llamaba "peñón" la consejera de turismo, Rita Martín, en breve, tendrá su propio centro de estudios secundarios y también su centro de salud; me refiero a la isla de La Graciosa que quizás, como lo hiciera el municipio de El Pinar en el Hierro, quiera pronto constituir su propio ayuntamiento. Sean siete u ocho, Canarias celebraba su día. En todos los rincones se podía escuchar alguna Isa o Folía, el sonido de las chácaras o el retumbe del tambor de La Gomera.
El juego del palo formó parte de las exhibiciones que se contrataron para amenizar el día en muchas plazas donde también se pudo disfrutar de alguna "agarrada" de lucha canaria.
El jueves 29,en el Parlamento de Canarias se celebraba el vigésimo quinto aniversario de nuestra autonomía. Seguí muy atenta el discurso de Antonio Castro, Presidente de la Cámara Regional, era muy corto y no requería de demasiados esfuerzos. Me sentí patriótica al cien por cien con el himno canario que sonó en Teowaldo Power pero cuando escuché el himno de España tuve la sensación de que en cualquier momento podría entrar en el hemiciclo un toro despistado y se podría organizar una buena corrida. Entre oir el himno nacional de pie o sentada preferí hacerlo descansando en mi silla, por aquello de la espalda, ¡a buen entendedor...!.
Fueron muchos los que desde un rincón a otro felicitaron a los canarios, a los de dentro y a los de fuera, a todos esos que están repartidos por el mundo y en el día de ayer desviaron su mirada por un momento a este pequeñísimo paraiso flotante en el Atlántico.
Yo celebré el día muy "a mi modo". Me permití el lujo de quedarme en casa toda la jornada, en pijama, sin hacer nada, sin pensar en nada, sólo concentrada en mi dolor de garganta y en mi fiebre. Tampoco había muchas más opciones visto lo visto en mi barrio: hubo música, pero no canaria, no se a quien se le ocurrió la idea de despertar a todos los vecinos con la banda de cornetas y tambores a ritmo y paso militar, desfilaron por las calles y no una vez sino varias ...
En la plaza, invitaron a todos a degustaciones gratis, lo hacen todos los años, no me molesté en ir. No se vayan a pensar que ofrecían almogrote y vino del país, papas arrugadas con mojo colorado o alguna peya de gofio...ni mucho menos. La plaza, frecuentada por el paso de la droga y de la policía nacional en varias redadas fue fuente de cerveza sin límite para el que quisiera...no se pueden ni imaginar la cantidad de agarradas que se produjeron y no precisamente de lucha canaria según me contaron. Una manera muy peculiar de celebrar dicha onomástica.
En todas las casas cuecen habas y en la mía no es menos.
Aguardaré con resignada paciencia el próximo cumple de mi tierra y tal vez para entonces comience con la bandera

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