España necesita urgentemente un Ministerio de las Personas Mayores
La pirámide poblacional ya está invertida.
En España, la población mayor de 65 y más años constituye el 19,09% de la población (9.063.493 personas), según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de1 de enero de 2022 y publicados en enero de 2023.
En la última década nuestro país ha experimentado un notable envejecimiento y se espera que esta cifra siga aumentando en los próximos años. De hecho, según predicciones del INE, en 2033 el 25,2 % de la población superará los 65 años.
Si se mantienen constantes los ritmos actuales de reducción de la incidencia de la mortalidad por cada grupo de edad, en 2033 la esperanza de vida al nacer será de 82,9 años para los varones y de 87,7 para las mujeres.
A pesar de este cambio demográfico significativo, las políticas públicas dirigidas a las personas mayores a menudo carecen de la atención y recursos necesarios. En este contexto, surge la pregunta: ¿es pertinente contar con un Ministerio de las Personas Mayores en España?
El envejecimiento poblacional trae consigo una serie de desafíos que afectan directamente a las personas mayores. Muchos enfrentan problemas como la soledad no deseada, el acceso limitado a servicios sanitarios adecuados, la precariedad económica y la brecha digital. En un país donde la esperanza de vida sigue aumentando, es fundamental que se implementen políticas específicas que aborden estas cuestiones y garanticen una calidad de vida digna para nuestros mayores.
Un ministerio dedicado exclusivamente a las personas mayores podría proporcionar visibilidad y representación a este grupo demográfico. Actualmente, sus necesidades son tratadas en diversas áreas gubernamentales, lo que puede llevar a una falta de coordinación y enfoque integral. Un ministerio específico permitiría desarrollar políticas públicas adaptadas a sus realidades, abordando temas cruciales como pensiones, atención sanitaria, servicios sociales y seguridad en el mundo real y en el virtual también..
Además, uno de los problemas más apremiantes que enfrentan las personas mayores es la soledad. Un ministerio podría implementar programas destinados a fomentar la inclusión social y combatir el aislamiento, promoviendo actividades intergeneracionales y el voluntariado.
Por otro lado, es esencial considerar la formación continua y el empleo para los mayores. Con un enfoque adecuado, se podrían crear programas que no solo mejoren sus habilidades, sino que también incentiven a las empresas a contratar o mantener en sus plantillas a trabajadores mayores.
Recopilando más datos del INE, cinco de cada diez personas mayores tiene estudios primarios y un 7 % es analfabeta. No obstante, la brecha de género sigue siendo acusada. Entre los hombres, el 50 % tiene estudios primarios, el 29 %, secundarios, el 18% ha cursado estudios superiores y solo un 3 % es analfabeto. Por su parte, entre las mujeres, el 58 % tiene estudios primarios, el 27 %, secundarios, no llegan al 10 % las mujeres mayores con estudios superiores y el analfabetismo alcanza al 6 %.
Casi un 1% de las personas de 65 y más años realizan alguna actividad laboral
En el caso de los hombres, por orden de importancia, las actividades más frecuentes son: las relacionadas con el comercio, las del sector primario, las actividades científicas, profesionales y técnicas, así como las sanitarias y de servicios sociales. En cuanto a las mujeres, con una tasa inferior de actividad, destacan las actividades relacionadas con el comercio, así como empleadores de personal doméstico y productoras de bienes y servicios de autoconsumo.
Varios países han tomado medidas proactivas al establecer ministerios o departamentos dedicados a las personas mayores. Por ejemplo, Japón ha implementado políticas exitosas que han mejorado significativamente la calidad de vida de sus ciudadanos mayores. Estos ejemplos demuestran que un enfoque especializado puede tener resultados positivos tangibles.
La creación de un Ministerio de las Personas Mayores en España no solo es pertinente; es urgente.
A medida que nuestra población envejece, debemos asegurarnos de que se escuchen sus voces y se aborden sus necesidades específicas. Es hora de dar un paso adelante y garantizar una vida digna para todos nuestros mayores.
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