Tres paradas de pateo...


Y como ya dije, nos fuimos a Radazul, a patear, las tres...

Para llegar hizo falta el coche ya que este trocito de la isla está a 8 minutos (sobre ruedas) desde casa.

Cuando subí al ... (no recuerdo la marca), en la radio escuchaba hablar a Paco Pomares y  a Jorge Bethencourt, instintivamente afiné el oído intentando averiguar de qué conversaban pero inmediatamente, y también de manera instintiva, una de las chicas, Tere, alargó el brazo y de un giro silenció a la SER, con la habilidad con la que lo haría cualquier régimen dictatorial, añadiendo: 
-"ya está bien de tanta política, parece que no supieran hablar de otra cosa" ...

Se me debió haber quedado cara de tonta porque me miró replicando:
-Es verdad, ya está bien, tanto rollo pero no hablan de nada de lo que interesa a uno...

Sin palabras..., sin palabras me quedé mientras imaginaba la cantidad de personas que "pasarían" de mi, sintonizando otra cosa, mientras yo me desvivía por hacer llegar todos aquellos mensajes en los informativos...¡Cuántas personas habrían dicho: "muchacho, busca otra cosa que esta tía siempre habla de lo mismo y no de lo que le interesa a uno!, ¡Cuánta política, por Dios!...

Ahí lo dejo, herida en mi orgullo y riéndome de mis heridas...

Y llegamos a la costa, estacionar fue fácil, solo dos coches ocupaban un aparcamiento para más de cincuenta.
-¡Bien!, me dije; ¡pues venga a patear!, dijeron en ellas y ¡a endurecer los glúteos!, me atreví a pensar yo...

Y me encuentro con esta maravilla que nunca había visto tan de cerca...


¿Y esto está aquí, tan cerca de mi casa? Es imperdonable no haberlo descubierto antes...



Pero no es todo, ante nuestros ojos se abría un paisaje urbano, limpio y perfectamente acicalado...



Mires por donde mires, un lujo al alcance de la mano...





Un despertar diferente...

Un espectáculo para los sentidos, una puerta a la imaginación...


  Con estas aguas tan cristalinas...


Y ellas tan contentas, escalera abajo, escalera arriba...


 Y vemos que imprudentes "haberlos haylos" en todos lados...


Y de regreso, una zambullida en este trocito de océano


Y como "las chicas" son así, tan especiales, pues café en la playa, ¡vamos todo un lujo al alcance de cualquiera...!



Y seguimos en ruta, disfrutando de nuestro entorno...

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