De pateo por Guimar, peregrinas en el Socorro


Aún plácidamente embriagada por el aroma de albahaca recorro mentalmente la experiencia vivida con "las chicas" y miles de personas en la Primera  Peregrinación Lustral de la Virgen del Socorro.

Cuenta la historia que la imagen de la Virgen apareció en la playa guimarera de Chimisay, hace cinco siglos, aunque existen algunas controversias al respecto,sobre el origen de la aparición en sí misma. Tanto es así que el profesor, Antonio Romeu de Armas, destacaba que fueron los misioneros franciscanos andaluces, del convento de Fuerteventura, los que se acercaron en una barca, bajo la luz de la luna, y depositaron la imagen sobre la arena de la playa, esperando que hiciera su efecto de Fé sobre los guanches de Tenerife. No obstante, señala también este profesor que el milagro se operó después, al ser conducida por estos pobladores con el Mencey en cabeza, a la rústica cueva de Chinguaro, para admiración pública. 

Sea como fuere a la Virgen no le faltan devotos siglos después (y lo comprobé)...

Como ya estaba previsto, fui con "mi tropa" a Guimar. Por novelería, por paseo, por Fé (un poco de todo) me decido a participar de este evento y, como ya es habitual, primero un recorrido por el lugar:


Por si se abre el apetito...


Rodeados de ambiente de fiesta: sorpresas, turrones, manzanas reinetas y castañas


Un pueblo entrañable, acogedor  y organizado



Y nos acercamos al mar...


La playa...


y volvemos a la plaza...


Donde se respira la tranquilidad del tiempo y se recuerdan los "ayeres" del futuro...


Y ahí está ella, la más pequeña y la más grande, la protagonista de tantas promesas, de tantas sorpresas, de tantas lágrimas y de tantos consuelos...


Sin ser ajenos a los pesares del día a día, el pueblo se vuelca con los más necesitados, porque no solo de amor vivimos...



Y me encuentro con la albahaca que perfuma el recorrido  y, posiblemente, los sinsabores de tantos corazones heridos -y me llevo una rama y me quedo con la duda si hago bien o mal porque unos dicen que la albahaca es para repartir y otros me cuentan que no, que es para dejársela a la Virgen...yo, por si acaso, me la traje y se la dedico a ella...


Y aparece ante mis ojos el primer "guanche"...


Y los devotos se congregan, en la plaza, a esperarla...


Y comenzamos a caminar, miro hacia arriba...

y después, miro hacia abajo...


y veo mucha gente, muchas personas e intuyo que miles, probablemente...
Miles que quieren formar parte de esta iniciativa que tuvo su origen en octubre  del año 2008, en la Peregrinación previa a la Coronación Canónica de la Virgen del Socorro. Cuentan que fue tan especial para los lugareños y no tan lugareños que decidieron solicitar que se repitiera de tanto en tanto y, cinco años más tarde, aquí está...



Por todos lados...


Y me enamora el atardecer que adorna el Valle de Guimar...


Y la luna de octubre nos acompaña...

 Y llegamos a la cueva, donde comienza la representación, donde aguardan una centena de guanches, calculo, para deleitarnos con su presencia...



Y me sorprendo de cuántas cosas todavía me sorprenden y solo cabe en mi el regocijo y agradecimiento por permitirme disfrutar de tan agradable experiencia...

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