extraño y normal
Hoy el presidente me dio dos besos. Alzó sus dos manos y acogió en ellas mi rostro acercándolo suavemente hacia sus labios para depositar en cada una de mis mejillas un beso. Me sentí rara y es que no estoy acostumbrada a que me bese. De repente me acordé de mis sensaciones de un par de años atrás. Mis sensaciones y mis realidades. Tan sólo algo más de tres años formaban un abismo entre mi pasado y mi presente, entre mis pensamientos de entonces y los actuales, un abismo entre lo que soñaba y lo que vivo hoy momento a momento.
Aproximadamente hace mil doscientos días todos estaban lejanos como si formaran parte de un mundo inalcanzable. Mi inocencia los alzaba a los altares, mi capacidad de asombro se hubiese satisfecho si me hubieran mirado en algún momento, si me hubiesen dado algún motivo que me permitiese alardear acerca de una posible amistad, toda mi maquinaria de crear incertidumbre se hubiese puesto en marcha...nunca, entonces, tuve una oportunidad de nada.
Hoy el presidente me besó. Se acercó a mi. Me preguntó como estaba. Le respondí que me encontraba muy bien. En respuesta a su pregunta quise ser cortés y le dije si estaba cansado, si, me respondió. No sé muy bien por qué le hice esa pregunta pero me contestó mirándome, como si indagara en mis ojos, extrañado..."a quién le puede preocupar su cansancio..." Con el descaro que me caracteriza y mis salidas tan usuales para resolver el entuerto le dije: "pues si está cansado hay que espabilar porque hay quien está cercano con la idea de verle tambalear para darle un empujón...", ¿por qué no me habré callado?. Mi amiga siempre me lo dice..."si te muerdes la lengua te envenenas ". A él debió haberle hecho gracia mi comentario, me miró y me guiñó un ojo mientras de su boca salía unas palabras con las que asentía a mi pensamiento alabando mi capacidad de análisis....
Increíble. Existo. Me vió. Me escuchó. Pensó en mis palabras. Me besó...Hace más de tres años hubiese presumido del acontecimiento. Hoy, pasadas unas horas pienso en que sabe que existo, que me vió y me escuchó, me regaló dos besos...hoy, lejos del asombro yo digo: -" y qué".
Aproximadamente hace mil doscientos días todos estaban lejanos como si formaran parte de un mundo inalcanzable. Mi inocencia los alzaba a los altares, mi capacidad de asombro se hubiese satisfecho si me hubieran mirado en algún momento, si me hubiesen dado algún motivo que me permitiese alardear acerca de una posible amistad, toda mi maquinaria de crear incertidumbre se hubiese puesto en marcha...nunca, entonces, tuve una oportunidad de nada.
Hoy el presidente me besó. Se acercó a mi. Me preguntó como estaba. Le respondí que me encontraba muy bien. En respuesta a su pregunta quise ser cortés y le dije si estaba cansado, si, me respondió. No sé muy bien por qué le hice esa pregunta pero me contestó mirándome, como si indagara en mis ojos, extrañado..."a quién le puede preocupar su cansancio..." Con el descaro que me caracteriza y mis salidas tan usuales para resolver el entuerto le dije: "pues si está cansado hay que espabilar porque hay quien está cercano con la idea de verle tambalear para darle un empujón...", ¿por qué no me habré callado?. Mi amiga siempre me lo dice..."si te muerdes la lengua te envenenas ". A él debió haberle hecho gracia mi comentario, me miró y me guiñó un ojo mientras de su boca salía unas palabras con las que asentía a mi pensamiento alabando mi capacidad de análisis....
Increíble. Existo. Me vió. Me escuchó. Pensó en mis palabras. Me besó...Hace más de tres años hubiese presumido del acontecimiento. Hoy, pasadas unas horas pienso en que sabe que existo, que me vió y me escuchó, me regaló dos besos...hoy, lejos del asombro yo digo: -" y qué".
Jejeje no sabía la historia completa jejeje. Ay! esa boquita...
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