Descubriendo otra "Avenida de los Majuelos"...


Continúan nuestras caminatas (de "las chicas" y mía) a primeras horas de la mañana, por nuestro entorno más próximo, poniendo en práctica otra forma de ver "el barrio".

Nada descubro si expreso que, un día sí y otro también, vamos demasiado deprisa por la vida y, sobre el asfalto, parece que sólo viéramos coches y más coches, líneas continuas que nos impiden adelantamientos peligrosos; semáforos que cambian de color, confabulados con el "jope, qué se me hace tarde"; torpes peatones que se atreven a cruzar la calzada, incluso por el paso de peatones aún estando en su pleno derecho pero que nos hacen frenar bruscamente, poniendo en peligro nuestra incontrolada e inexistente puntualidad...Pues eso, demasiados ajetreados en el histerismo de nuestras prisas nos olvidamos de vivir el camino, de revivir el tiempo y nos perdemos el paisaje urbano que se nos ofrece cada día, como un regalo mal interpretado...

Así me sentí cuando comencé a andar por este espacio. Cientos de veces he transitado por el lugar pero desde la ventanilla del coche no se ve lo mismo...


La "Avenida de los Majuelos", también llamada "Avenida del colesterol" o mal llamada "Avenida de las gordas" se extiende entre dos municipios, La Laguna y Santa Cruz, desde El Cardonal hasta El Sobradillo; en medio, el famoso muñeco de nieve que ha provocado que muchos se pregunten qué diablos "pinta eso" en los Andenes, en fin...


La Avenida se alarga, como ya mencioné, desde el Cardonal hasta el Sobradillo. Aproximadamente 4.600 metros de asfalto acompañados de árboles y ornamentados con plantas y flores.


Desde muy temprano y hasta que ya la noche se ha adueñado por completo del día, la vida transcurre de un lado a otro, de arriba a abajo, a pie o en bici...


Y en medio, catorce cruces, sí 14, perfectamente acompasados a ritmo de semáforos que costaron, por cierto, 735.216,53 euros al Estado, allá por el año 2009.



Y, a los lados de la rambla -y por si fuera poco-, parques:
                                          - a la derecha



                                         - a la izquierda


Una avenida de la que disfrutar sin límites, sin excusas...


Casas que nos recuerdan de dónde venimos y nos preguntan hacia dónde vamos...


 Y el suelo nos proyecta en metros la trayectoria de nuestros pasos...


Y como siempre, también existen los descuidos...



Paisajes que adornan la vía, en los que nuestros ojos hallan descanso


A lo largo del camino...


Y después de cada trayecto recorrido concluyo que lo que para unos puede ser el principio para otros es el final o, un volver a empezar...


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