A mis difuntos, en ese breve espacio en el que no están
Queda atrás ya el chascarrillo de la lumbre que acompasó una noche de castañas y vino dulce, atrayendo al recuerdo los que ya no están.
Uno a uno les menciono, siguiendo la jerarquía del sentimiento que nos unió y deseando que no quede ninguno en "el se me olvidó".
2 de noviembre y, a través de la ventana, miro con desparpajo el despertar del recién inaugurado mes con la ilusión de los nuevos comienzos y de lo que está por estrenarse. Miro hacia adelante, pero también hacia adentro, refugiándome en la reminiscencia del amor y la amistad.
En silencio y con profundo anhelo pronuncio cada uno de sus nombres y abrazo el vínculo terrenal... Doy un "beso volado" al vacío que me envuelve, a ese trozo de espacio que parece contener solo la nada que respiro, sabiendo que está repleto de ellos y ellas.
"Te sigo amando" y "no te olvido" fluyen desde mi pensamiento con voz chiquita y se desvanecen en la certeza de la muerte y en la duda de la vida.
A mis difuntos, en su reconocimiento y con infinita gratitud...
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