El genio inadvertido: el tonto útil en política
Este concepto ha sido utilizado en el ámbito político para describir a individuos que son manipulados por líderes o movimientos políticos para alcanzar ciertos fines.
Entre las cualidades y características del tonto o tonta útil destaca su alto nivel de inocencia o ignorancia, también su idealismo, lealtad ciega y falta de pensamiento crítico. Vamos por parte.
En cuanto a su grado de inocencia o ignorancia, el tonto útil suele carecer de un entendimiento profundo de la situación política o social. La verdad es que su falta de conocimiento lo hace susceptible a la manipulación. Se le ve venir desde lejos.
Por otro lado, muchas veces, estas personas –tonto o tonta útil- tienen ideales nobles y creen en causas justas. Sin embargo, su idealismo puede ser explotado por aquellos que buscan beneficiarse de su apoyo.
La lealtad ciega, en ocasiones, es un arma de doble filo, sobre todo si no es bidireccional. A menudo, el tonto/a útil muestra una lealtad inquebrantable hacia un líder o movimiento sin cuestionar sus acciones o intenciones. El “todo vale” no siempre vale.
Y claro, si no hay pensamiento crítico, blanco y en botella. La incapacidad para analizar críticamente la información y discernir entre hechos y propaganda es una característica común.
Y ¿por qué o para qué? ¿Cuáles son los objetivos del tonto/a útil?
Sinceramente ni ellos/as lo saben, pero les gusta sentirse “útiles” sin percatarse que, en realidad, son usados/as.
En cualquier caso, teniendo en cuenta el contexto político, los objetivos de estas personas bien intencionadas (como ya expresé o bien por inocencia o bien por ignorancia), pueden variar.
En ocasiones –muchas- son utilizados para movilizar o prestar apoyo hacia causas específicas que benefician a otros más que a ellos mismos.
Otras veces nos llama la atención como ciertas personas del mundo de la política participan activamente, aún a riesgo de hacer el ridículo o quedar “salpicados” en asuntos poco claros o creíbles, con el objetivo de desviar la atención pública de problemas más graves o complejos. Aquí tenemos nuevamente al tonto/a útil y también involucrándose en movimientos políticos, ayudando a legitimar agendas que no necesariamente representan sus intereses.
Pero, ¿realmente son útiles los “tontos/as útiles"?
Claro que sí. Y lo demuestran. Y ejecutan lo que se les pide, aún sabiendo que no volverán a contar con ellos en próximas campañas, al menos, hasta que vuelvan a ser “útiles” porque, seamos sinceros, los tontos útiles son esenciales para movilizar grandes grupos de personas en manifestaciones (a favor o en contra de la convocatoria) o campañas políticas.
Además, su apoyo puede ser utilizado para construir narrativas que favorezcan a ciertos líderes o partidos políticos.
Es sabido que, en ocasiones, la presencia del tonto útil puede servir como distracción frente a críticas más profundas hacia las políticas implementadas por quienes los manipulan. Al actuar como defensores apasionados de una causa, contribuyen al fortalecimiento del poder de aquellos que están detrás del movimiento.
Concluyendo, el fenómeno del tonto útil en política es un recordatorio importante sobre la necesidad de educación cívica y pensamiento crítico en la sociedad. Aunque estos individuos pueden actuar con las mejores intenciones, es crucial que sean conscientes del contexto político en el que se encuentran y cómo sus acciones pueden ser utilizadas por otros para fines ajenos a sus propios intereses.
Comentarios
Publicar un comentario