Ale Montañez expone por primera vez en Canarias y deja “Raíces” en Arafo


Tras una dilatada, reconocida y premiada trayectoria profesional a nivel internacional, por fin Ale Montañez ha expuesto su obra en Canarias, concretamente en el Valle de Güímar, teniendo así la oportunidad de compartir su talento con todas esas personas que le han visto nacer y crecer física y artísticamente en su lugar de origen.
El pasado mes de septiembre la Casona de Secundino Delgado, en Arafo, acogía la exposición del pintor güímarero, una colección integrada por diez cuadros que se exhibían bajo el título “Raíces”.


-Parece que sus raíces expositivas en Canarias las ha iniciado en Arafo. ¿Por algo en particular?

-El Ayuntamiento de Arafo ha mostrado un interés real por acoger mi obra y exponerla. Es cierto que ha existido interés también por los representantes políticos de Güímar; de hecho, hace algún tiempo se llegó a celebrar un Pleno en el que se aprobó por unanimidad que se expusiese mi obra en el ECLA, pero nunca se hizo por diferentes motivos… En una ocasión se me propuso exponer mi arte en el Puerto de la Cruz pero lo rechacé porque siempre quise que la primera vez fuese en Güímar pero, visto y comprobado el interés y la ilusión que se había puesto en Arafo, me decidí y ahora me siento satisfecho, feliz y muy agradecido a la ciudadanía de Arafo principalmente y a todas esas personas que han venido a ver mis cuadros desde otros municipios e, incluso, desde otras islas.

-Observo mucho entusiasmo cuando habla de esta exposición. ¿Ha sido una más o esta le ha marcado de manera especial?

-Esta iniciativa me ha dejado una experiencia maravillosa que se resume en ese cuadro, “Raíces”, que se ha quedado en Arafo y sobre el que ha girado el eje principal de la exposición. En esta pintura hay un poco de cada uno de los 14 niños y niñas que participaron en el taller.

-¿Este cuadro se pintó a lo largo de la exposición?

-Sí, fue el resultado de un previo trabajo personal y de ese taller que he mencionado. Para mí fue muy importante conectar con La Casona los primeros días, con esa arquitectura canaria, con esos colores. Trataba de conectar con nuestra raíz, con nuestros emigrantes, con la identidad del isleño en el mundo… Los pequeños pintaron un viaje a América, desde el pasado al presente.

-¿Siente que la identidad del isleño forma parte de su obra y ha sido llevada, ha emigrado, allí donde usted ha expuesto?

-El isleño por ser como es conecta con otros isleños del mundo, tenemos unas necesidades muy peculiares que nos unen allá donde vayamos, necesidad de ver el mar, de sentir la presencia del sol… Y eso te forma y se convierte en tu forma de ver la vida y transmitirla.

-Aparte de este cuadro titulado Raíces, ¿ha expuesto algún otro que tenga una relevancia especial?

-Todos mis cuadros son muy importantes y peculiares pero, si es cierto que entre los diez que he expuesto hay uno denominado “Blancos de Orilla” que tiene un valor añadido, principalmente porque con este se cumple que es la primera vez que expongo un cuadro antes en mi tierra que en el extranjero. Concretamente este cuadro viajará en breve a EEUU, al Festival de Arte de Nueva York, bajo concurso.

-Ya que hemos tenido la oportunidad de disfrutar de él antes de que lo hagan todas esas personas profesionales y entendidas en el Arte, ¿Por qué “Blancos de Orilla?

-En esta pintura he querido destacar la simbología guanche y ese “pacto de sangre” que marcó nuestra historia, un pasado en el que el canario para comerciar con las colonias americanas debía enviar algún familiar dentro de los barcos aunque estos no quisiesen ir. Este cuadro es un homenaje al que emigró porque quiso pero también al que se vio obligado a irse, al que se quedó y al que regresó.

-¿Y cuándo será su próxima exposición en estas tierras?

-La próxima será en el Círculo de Bellas Artes, en Santa Cruz, cuando lo abran y cuando entre en programación

-¿Usted vive del amor al arte?

-Del amor al arte nadie vive. Yo vivo de mis creaciones y de mis ideas.

-¿Existe algún cuadro del que no se desprendería jamás?

-Mis cuadros, mi obra, llevan una parte de mí. Me resultaría muy difícil desprenderme de mis búhos, de la Sirena de Masca, del Burro Bencomo… Aunque depende mucho de donde se fueran a exponer porque tengo muy claro que el arte hay que compartirlo.

-Ha expuesto en las mejores galerías de diferentes países de Europa y de América, ¿qué sensación personal le ha dejado exponer por primera vez en su Isla?

-Personalmente muy satisfactoria y culturalmente tengo la sensación de haber iniciado una nueva etapa. He percibido alegría y agradecimiento en las personas que acudieron a verla durante toda la semana. Algunos vecinos y vecinas se acercaban y me agradecían que les hubiese permitido admirar mi obra. Sin duda, la palabra “gracias” fue la más repetida, tanto por las personas que vinieron como por mí mismo. ¡Se produjo un movimiento cultural muy importante! Además, deseo resaltar la visita que hizo el alumnado del Instituto Mencey Acaymo de Güímar, quienes expresaron su sorpresa al comprobar que no existía ningún cuadro mío expuesto en Güímar… Por supuesto, me quedé muy agradecido del trabajo de los representantes municipales de Arafo –sin mirar color político- para sacar esta exposición y del buen trato recibido en la Casona por parte, sobre todo, de Juan Curbelo.  ¡Puedo asegurar que esta ha sido una experiencia única, irrepetible!


Tal vez, deba pasar algún tiempo antes de volver a ver una exposición de Ale Montañez en Tenerife. Tal vez, no. Mientras tanto seguiremos su andadura profesional por el mundo del Arte y celebraremos con él todos sus éxitos.

(Peródico "El Pregonero", mes de octubre de 2019)

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