Cuando John Rambo estuvo en el barrio lagunero de Taco

¡Está allí! ¡Míralo, míralo! ¡Es el que se está fumando el puro, aquel! ¡Ramboooo, saluda!... 
Han sido las frases más oídas entre las personas que se agrupaban en las esquinas, niños y adultos, esperando ver al gran protagonista.

Este mes de  noviembre ha sido un mes de película para los vecinos y vecinas de Taco, sobre todo para los que viven en la zona de San Luis Gonzaga, lugar que se convirtió por unos días en plató de cine, transformándose en  México, acogiendo el rodaje de algunas escenas de Rambo V, interpretada por Sylvester Stallone, Paz Vega, Sergio Peris-Mencheta, Óscar Jaenada, Adriana Barraza e Yvette Monreal.

Tal y como publican los diferentes periódicos de tirada nacional e internacional que se han hecho eco del acontecimiento “Rambo V arranca cuando la nieta de John Rambo es secuestrada. El veterano cruza la frontera entre EE.UU. y México para rescatarla y llevarla de vuelta a casa. Durante su búsqueda, Rambo tendrá que hacer frente a uno de los cárteles más despiadados de México…”

Y es aquí cuando diferentes zonas del barrio lagunero se transforman en ese México complicado y convulso, cuyos vecinos ven a través de algún resquicio de sus ventanas al famoso actor  y a todo el elenco.

Desde la zona de San Ignacio hasta el aparcamiento de la empresa de Juan Bordón ha sido tomada por caravanas, set de grabación y plató. La Montaña de Taco (lo que queda de ella) y las calles Gran Canaria, Lanzarote, La Alegranza, La Graciosa, Montaña Clara, La Piconera, La Palma y La Gomera durante dos días cambiaron sus nombres y sus características, pasando de ser lugares ordenados y recogidos a parecer auténticas calles descuidadas en su limpieza, con pintadas amenazantes en las fachadas de sus viviendas, de las que también colgaban prendas de ropa tendida de cualquier forma.

La basura tirada invadía las calles y en las intersecciones de estas, los curiosos –no muchos, la verdad-, recreaban su vista en puestos de ventas de tequila, burritos, tacos y comida mexicana que se mantuvo al sol durante los dos días de grabación…

Pero el rodaje de Rambo V no sólo dejó experiencias y anécdotas que contar sino, además, algún dinerillo extra para las más de 300 personas contratadas como personal de logística y staff. A todo esto hay que sumar los 80 euros que se pagaron a los responsables de cada una de las 200 casas, vecinos “perjudicados” por las inconveniencias del rodaje. 

Candi B., vecina de calle La Cruz Santa (así se denomina en la película la calle La Palma) considera que una experiencia como esta no la volverá a vivir, “¿Pero tú sabes lo que es ver pasear por delante de mi casa a Rambo, y que además me paguen 80 €? (sonríe) ¡Con esto compro los turrones!”

Pepe P., vecino de la calle la Gomera, ríe cuando  pregunto y cuenta una anécdota. “A veces, los colegas del barrio para bacilar gastábamos bromas como que nos habíamos encontrado a Rambo en el supermercado o la gasolinera. Y, por supuesto, todos sabíamos que era mentira. Ahora, después de verlo aquí, si alguien dice que lo vio en la gasolinera tendremos que ponerlo, cuanto menos, en duda. ¡Tía, que está aquí, ahí detrás, en Bordón, comiendo!”.

También Luisa se queja, “¿por qué pusieron las calles tan sucias?, ¡qué México ni México! ¡Taco no es así!. Ahora todos los que vean la película van a pensar que aquí viven cochinos. ¿Y esa ropa en las paredes.., qué es eso? ¡Qué miseria es esa! ¿Por qué no sacaron las calles como son? ¡Pues sí que estamos bien! En vez de ir para adelante, vamos para detrás, como los cangrejos…”.

Y Sylvestre Stalon se ha ido pero ha dejado en los y las tacuenses más "Rambo" de lo que piensa…

Y termina el rodaje y todo vuelve a su normalidad. Muchas personas que vieron invadidas sus casas por metros de cable y sus calles por coches de matrículas extrañas sueñan con volver a ser protagonistas aunque no aparezcan sus nombres en la gran pantalla...