Sábados

Me gustan los sábados porque desbaratan la rutina semanal. Los sábados diseñan planes y alteran metas, sin tener en cuenta distancias. Los sábados invitan a pasear por el mercado, entre los aromas de las especies y las frutas, recreando nuestra visión en colores y despertando el sentido del gusto por lo realmente exquisito. Los sábados proponen abrir ventanas y puertas, airear lo viciado y dar una vuelta a ciertas esquinas de la vida... Me gustan los sábados porque en las calles y plazas burbujea la infancia. Y el silencio se adorna de risas y gorjeos. ¡Hasta parece que este día cantan más los pájaros! Los sábados se escriben en minúscula pero están repletos de mayúsculas y nombres propios. Incluso, poseen menos interrogantes y muchas más exclamaciones. Me gustan los sábados porque la gente va con menos prisa y se permite mirar a los ojos. Y me gustan porque no se escriben con tiempo sino con espacios... Espacio... ¡qué bonita palabra para llenarla de sábados!