Relato breve "Ideando voluntades"


Día 9 de cualquier mes. 

En la mañana, comenzando su rutina diaria, abrió la nevera. En el interior sólo quedaba leche para un desayuno. Un huevo adornaba uno de los estantes del frigorífico; se asemejaba a una de esas obras surrealistas: Homenaje al Principio del Todo. Se rió y continuó su recorrido visual por el interior del electrodoméstico.

En la parte baja del refrigerador -y contrastando con el blanco impoluto de sus paredes-, un tomate sonrojado lucía victorioso sabiéndose el último, el finalista. 

Cerró la nevera encogiéndose de hombros

Siguió su particular excursión en los muebles de la cocina y comprobó que de las galletas ya no existía ni la bolsa. 
Por otro lado, llamó su atención el color que dibujaban una cebolla y una papa, allí, en mitad de la nada...

Todo eso y dos euros era cuanto poseía para alimentar ese día tres bocas. Suspiró. ¡Otro reto!, se dijo

Finalmente superó la prueba. Se devanó los sesos y logró dar forma a un pírrico menú. ¡Ese día también comieron!

Por la tarde, en el curso para desempleados al que debía acudir sí o sí  (de lo contrario le darían de baja de las listas del paro y se quedaría sin la ayuda económica), le pidieron como actividad práctica que idease una estrategia para vender "zapatos sin zuelas". Exigían creatividad e ingenio...

Sobra decir que, por propia experiencia para solventar retos difíciles, y sin grandes esfuerzos superó la prueba con creces...
Sin duda, contaba con grandes  recursos

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