Cada 24 horas...

Tenemos por delante, y hasta que amanezca de nuevo, 24 horas de oportunidades; la misma cantidad de tiempo para resolver retos y para comprobar la auténtica libertad de decidir.

Tendremos momentos para llorar si nos apetece y para reír si es nuestro deseo, para planificar y para improvisar a nuestro antojo.

Este legado es nuestro, en realidad el tiempo es lo único que realmente es nuestro hasta que se acabe.

La condición es que lo gastemos momento a momento porque no es acumulable.

Además, es conveniente saber que cada instante es único e irrepetible pero no por ello mejor o peor que el siguiente, eso, como casi todo, depende de cada uno de nosotros...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Supersticiones y rituales en la víspera de San juan y San Pedro

La Cuesta, ayer y hoy

Taco, un sentimiento