Mi turno de palabra...

En el Día Internacional de la Poesía... ni un sólo día sin poesía Se desdibuja el horizonte efímero y se cubre de sutil confianza, ni pasajera ni extraña, sino real y atrevida. Y se abalanza a cruzar el trecho que separa la magia de lo divino porque en ningún lugar está escrito que el deseo esté reñido con la gracia. Y arremete sin torpeza, con paso en elegancia decidida y convierte en sutil proeza lo que pareció fugaz... un día

Tal vez, esta tarde o esta noche, cuando la calma reine y el silencio me permita escuchar su recuerdo, le escriba una poesía. A él le gustaba mi manera de juntar letras y me leía, entremezclando la admiración y el cariño. Me hubiese gustado escribirle y que leyese lo que mis palabras expresaban  sobre él. Pero, introducirle en un poema me costaba. Me quedaban pequeños los versos para definirle... Escribir sobre su mirada franca y su alma translúcida o sobre la sabiduría con la que afrontaba los vaivenes... o sobre el amor incondicional a su familia... O sobre ese "saber estar" de gran señor y que no le vino de cuna..., escribir sobre esto nunca me resultó fácil. ¡Cómo meter todo esto en un poema! ¡Cómo voy a dibujar con letras el amor a mi padre! Sólo se me ocurre una palabra, carente de interés y repleta de sentido que me retumba cada día pero, especialmente, cada 19 de Marzo: ¡Gracias!