Hablando de colegios...cositas de andar por casa.
¡Las cosas que pasan mientras miramos para otro lado!.
En el encuentro del sábado con el grupo de jóvenes de San Matías,
en Taco, dialogamos sobre varios temas, entre estos la educación y el comienzo
de las clases.
Con asombro escuché la queja de una de las chicas porque en su
instituto, IES Las Veredillas, “recomendaron” a cada alumno llevar 4 euros para comprar el material escolar
necesario para impartir las clases de gimnasia y deporte...
Al parecer el centro necesita equipamiento deportivo y, según me cuenta, han responsabilizado a los alumnos de comprarlo. La Consejería oferta asignaturas de educación física, paga a profesores de educación física para que den las clases pero el instrumental necesario debe costearlo el alumnado...O sea que, según esto, si en una empresa hiciera falta un ordenador serían los clientes los responsables de comprarlo para que los empleados pudieran usarlo y atenderle...¡increíble!
”El director dice
que hay que llevar este dinero porque con los recortes del Estado no hay dinero
y las familias que no pueden pues ya verán lo que hacen…”, me dice la joven
Respiración profunda y a tragar…se me ocurrieron 20.000
contestas y reproches dirigidas al director del centro y a la Consejería de
Educación pero no era ni el momento, ni el lugar, ni la persona indicada para
ello la niña que me había comentado el asunto.
Otro de los chicos se sumó al
tema indicándome que, en otro instituto de la zona, se habían decidido por la
misma práctica…¡Vaya, qué rápido aprenden!
Otra joven me comenta que no tiene ganas de ir a clase, me
asombro porque apenas ha comenzado el curso y le pregunto el motivo. “ni tengo
libros ni los voy a tener; mis padres están en el paro y una vecina me ha
regalado hasta los cuadernos y bolígrafos pero los libros son muy caros. No
llevo ni un mes de clase y ya no sé ni cuántos negativos tengo por no llevar la
tarea y no la puedo hacer porque me falta el material”, me dice.
Le comento la posibilidad de optar a libros de préstamo en
el colegio y me aclara que sí, que en el colegio público al que ella asiste,
CEIP Marina Cebrián, hay niños que pueden acceder a los libros en calidad de
préstamo pero que a ella no le ha tocado nunca “esa suerte” porque son muy pocos los que se reparten
y se hace según el orden alfabético que ocupe la inicial del primer apellido y ella que es de la “v” pues…
¡queda pendiente en una lista de espera interminable un curso y otro curso!
Sí, ya sé que estos son minucias. También sé que los niños tienen mucha imaginación y exageran. Reconozco que casi todo el
mundo ve como importante lo que le ocurre a cada uno pero ¡es que es importante!...
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