Naturaleza viva


El sonido del mar abrazando la playa se entremezcla con el trinar del colibrí, que calla, quedando como ausente, al percibir el vuelo de la garza.

Las palmeras, abriéndose paso al cielo, cual dibujo de la naturaleza, salpican el paisaje de frescura y sombra, haciendo aún más inmensas las paredes de roca que delimitan el Valle.

Y la mar sostiene el paso de la tímida barca que surca sus aguas, mientras, absortas las pardelas buscan su sustento sobre las piedras.

Y allí, en medio de todo, el espectador que actúa embebiéndose el momento, mirando a su alrededor y deleitándose con las creaciones de una naturaleza viva, dejándose sorprender y sorprendiendo...

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