Celebrando el Día de Canarias



Si me invitan a un cumpleaños o a cualquier celebración, pueden ser varias mis actitudes:

-Criticar el lugar de la celebración
-Buscar fallos en los alimentos y utensilios
-Reprochar a los anfitriones que se ocupen de celebrar cuando tienen tanto por hacer...
-Calcular los gastos de la celebración
-Tomar nota de lo que falta sin hacer la mínima valoración de lo que hay.
-Presentarme sin regalo, sabiendo que no he aportado nada, pero dispuesta a recriminar lo que han llevado otros.
-Tratar a todos por igual sin valorar los sentimientos sinceros de muchos.
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Pero, también: 

- Puedo celebrar. Sentirme una más del todo, alegrarme por lo que está bien y por lo que se celebra. Y, arrimando el hombro u ofreciéndome a colaborar, insistir en que todavía queda mucho por hacer y por cambiar. Insistir en que no todo vale y que nos merecemos lo mejor, en el día a día, en todas las aceras, en todas las calles, en todos los barrios y en todos los hogares. Sin complejos. No somos más que nadie pero menos tampoco.

Feliz Día de Canarias

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