Corriendo por Taco. Gente buena, gente sana.

"Ni son todos los que estaban ni estaban todos los que son. Posiblemente sean más, muchos más..."
Esta frase acariciaba mi memoria mientras distraía mi mirada sobre todas aquellas personas que se congregaban en aquel trocito de rambla, en la avenida del Cardonal, en Taco.


Se celebraba la IV Carrera Popular de Taco, para mi la primera, lo confieso. No en participar como corredora, aclaro. 
Como casi todo lo que se celebra en mi barrio últimamente, esto también alimentó mi orgullo de tacuense.
"Más de trecientos dorsales se repartieron pero pueden ser más de 500 los que corran", me comentó un responsable en la organización del evento, Domingo Galván quien, además, me explicó que, al ser una carrera solidaria, son muchos los que se apuntan a donar y a correr unos metros por la causa.


En Taco hoy no se corría por cheques ni por prestigio, ni por portadas ni titulares, ¡qué va!. Los y las que sudaron la camiseta lo hicieron por amor al prójimo, por solidaridad, por los afectados de diabetes y por los peques enfermos de cáncer. 


Allí, recaudando esos fondos -que arrojarán un  poco de luz a los afectados-, estaba la Asociación de afectados por la Diabetes y la Asociación Pequeño Valiente. Las donaciones oscilaban entre dos euros los más peques y ocho euros los mayores. Y colaboraron ¡Vaya si colaboraron!...




Y decidieron pasar un domingo ellas y ellos,  en familia, entre amigos y vecinos; deportistas de élite y de andar por casa, alevines y talluditos, de todas las edades, de dentro y de fuera... pero todos con un corazón enorme.


Y corrieron


Y unos llegaron antes que el resto y después que otros...


Y algunos subieron al podio...


Si, ¡orgullo por mi gente y apretar la mandíbula para que no aflorara la lágrima indiscreta!, esas fueron las dos sensaciones que danzaban en mi interior mientras muchos sudaban la camiseta.


Y los que no la gastaban en la carrera la lucían con orgullo remando en la misma dirección, como las concejalas Cande Díaz y Agustín Hernández en el gobierno lagunero y Susana Fernández, concejala en la oposición. Por allí también estaba el alcalde, José Alberto Díaz, que no corrió porque ya corre mucho, dice,  en su día a día. Y tantos otros...


Ojalá cada gota de ese sudor sea la esperanza de un mañana lleno de retos conseguidos.
¡Enhorabuena futuro!


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