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Mostrando entradas de febrero, 2015

El miedo a olvidar y a ser olvidado.

Parecía una niñita. Sus ojos estaban cerrados pero no dormía. Con sumo cuidado acaricié su surcada tez. Su blanca y fina piel aún guardaba la esencia de aquel espectacular cutis que lucía años atrás. Una mezcla de pena, dolor y cariño se entremezclaba. Le hablaba como si me oyera, le comentaba que no paraba de llover, que los campos lucían verdes y que su jardín estaba lleno de flores. Le espeté que llevaba demasiado tiempo tumbada y que debía espabilar porque las huertas, el jardín y la casa era demasiado trabajo para mi sola. Además, junto a su oído le dije que me hacía mucha falta y necesitaba de sus abrazos... Me dejé vencer una vez más. Tenía la sensación que era inútil hablarle porque ya ni siquiera me recordaba. Ella me había olvidado pero yo a ella no.  Hacía meses que ya no me reconocía pero, sin embargo, ¡se mostraba tan receptiva a mis caricias, a mis mimos y arrumacos! Alguna que otra vez, cuando le susurraba lo mucho que la amaba, dejaba caer una lágrima de sus ya s

Son las cosas del querer...

Que ante la proximidad a las urnas las traiciones son evidentes está claro; de puñaladas traperas hablan algunos...pero no es de esto en lo que juntaré letras porque, más que flechas, podría escribir sobre destructivos taladros y, ni me ocupa ni me preocupa, por lo pronto hoy... Tampoco escribiré párrafo alguno sobre romanticismos utópicos, ni una línea a los Tenorios -que los "donjuenes" sobran-, ni una palabra de Romeo ni de Julieta... historias que provocan más insomnio que sueños si una o uno profundiza en ellas... " Es la historia de un amor como no hubo otro igual, que me hizo comprender todo el bien, todo el mal, que le dio luz a mi viiiiidaa, olvidándola después... " o de "s on las cosas de la vida, son las cosas del querer  que no tienen fin ni principio, ni tienen cómo, ni por qué "... como en la canción, son las que llaman mi atención porque casi todo lo que nos han "vendido" sobre el amor es una verdad a medias.  Eso de que