Cuando arde la Gomera...
Cuando el monte de la Gomera arde, muchos
"rescoldos" vuelven a encenderse.
Conozco la isla, la adoro y sé de
sus ruidos y silencios.
La naturaleza es dueña de riscos, valles y mar, todos
sus habitantes saben que le deben la vida a ello porque cuando todo falla,
cuando se quedan aislados, cuando los recursos merman, es la naturaleza gomera
la que los asiste, una y otra vez.
Es muy triste que el sonido silenciosamente
mágico del Garajonay sea invadido por el ruido del incendio, es imperdonable
que el aroma a laurisilva y a cedro sea sustituido por la pestilencia de un
bosque quemado.
No obstante, ante las insensateces humanas, los despropósitos y las
irresponsabilidades… la naturaleza se hace fuerte, se socorre con bruma y
humedad y se da tiempo para volver a reverdecer...
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